hasta casi he olvidado la mancha en tu cuello con forma de animalito
hasta casi he olvidado el pequeño gemido que lanzaste cuando te toque nose qué
y que sentí que se me adentraba como un punzón y se derretía en el estomago
hasta casi he olvidado el granito de arena que había en tus labios el primer día que te ví
y que moría por sacártelo con la boca.
Ya casi ni me acuerdo que vivo acordándome de ti.
...algo que nunca entendiste.
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